domingo, 28 de septiembre de 2008
En Momentos de Olimpiadas.
Daniel Merchán M
Los juegos olímpicos representan desde sus antecedentes históricos y en los actuales momentos el mayor símbolo de la integración mundial enmarcada en el deporte, desde aquellos eventos organizados en la antigüedad por los griegos en la épica ciudad de Olimpia, y que sirvieron de inspiración para el inicio en la era moderna de las ediciones de juegos olímpicos de verano, cada cuatro años precisamente en Atenas capital de Grecia, hasta estos momentos de hoy en los que ya vivimos la realidad de la cita olímpica de Beijing 2008 en la capital China.
El gigante Chino hoy se abre al mundo con su mejor cara, con su cultura, sus ideas y sus prospectivas hacia el exterior, plagada de disciplina, armonía, coordinación, música y colores, para albergar estos nuevos juegos olímpicos que sirven de muestra de la magnitud que tiene este gran país con sus más de 1350 millones de habitantes, en virtud de aportar y sostener seguramente una de las citas olímpicas más legendarias desde el punto de vista humano, organizacional y tecnológico que se hubiesen podido plantear en la historia contemporánea, sin duda este magno evento en el cual bajo la expresión del deporte, conviven todas las razas y religiones del planeta, las grandes y pequeñas potencias, las macro y las microeconomías, constituyen el desarrollo del espíritu olímpico de solidaridad, amistad y paz, que facilita los intercambios sinceros entre todos los pueblos y los países, profundizan el entendimiento mutuo, fortalecen la amistad, sobrepasan las diferencias y promueven el establecimiento de un mundo armónico, caracterizado por la paz duradera y la prosperidad común.
Mas allá de la alta contaminación atmosférica de la ciudad, y de las diferencias que existen y en algún momento pudieron ensombrecer el camino hacia esta esplendida manifestación deportiva, por los hechos suscitados en defensa de la soberanía del Tíbet, el llamado de la sociedad mundial es a mantener un estado de convivencia optimo que resulte innegablemente en una gran experiencia, de intercambio positivo en lo deportivo además de lo económico, político, cultural y social. Es claro entonces que la “Capital del Norte” significado del nombre de Beijing, será el espacio de acción de los aproximadamente más de 10.500 atletas de 204 delegaciones que irán en búsqueda de la gloria olímpica, y darán forma a este ciclo de 2 semanas, 28 deportes y 302 competiciones programadas que comenzaron con tan fastuosa ceremonia inaugural y que ya se encuentran establecidos en este grandioso escenario olímpico internacional.
Como bien reza el lema oficial de Beijing 2008 “Un Mundo un Sueño”, el logro de la obtención y realización de estos juegos representa un sueño de más de 100 años que ahora se ha hecho realidad, como los propios chinos lo han definido, esta cultura milenaria de tan amplia historia, con la economía de mayor proyección a nivel global, nos coloca de nuevo dentro de esta cita universal, esa universalidad que esta muy bien recreada y simbolizada en los 5 anillos olímpicos del COI, basándose en la idea de que al menos uno de los seis colores de la bandera olímpica se encuentra en todas las banderas de los países del mundo. Sin duda la trascendencia e importancia de este majestuoso evento de la humanidad cobra mayor relevancia en un mundo en el cual se hace más necesario nuestra integración, desde todos los puntos de vista, con el único fin de conservar un mundo en paz, honesto y de juego limpio en beneficio de todos, ya que esa es la esencia principal y natural de estos acontecimientos, esencia que vive en la llama olímpica que hoy esta encendida, y que seguirá encendida en el espíritu de cada una de las miles de millones de personas que seremos testigos de tan magnifico ejemplo de encuentro de las civilizaciones.
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