miércoles, 19 de noviembre de 2008
ONU, del Pasado al Presente.
Daniel Merchán M
Las Naciones Unidas son una organización de Estados soberanos. Los Estados se afilian voluntariamente a las Naciones Unidas para colaborar en Pro de la paz mundial, promover la amistad entre todas las naciones y apoyar el progreso económico y social. La Organización nació oficialmente un 24 de octubre de 1945.
La ONU reemplazó a la Sociedad de Naciones (SDN), fundada en 1919, ya que dicha organización había fallado en su propósito de evitar otro conflicto internacional. El término «Naciones Unidas» se pronunció por primera vez en plena Segunda Guerra Mundial por el entonces presidente de los Estados Unidos Franklin Roosevelt, en la Declaración de las Naciones Unidas, el 1 de enero de 1942 como una alianza de 26 países en la que sus representantes se comprometieron a defender la Carta del Atlántico y para emplear sus recursos en la guerra contra el Eje Roma-Berlín-Tokio.
Pero precisamente ante el surgimiento de este paradigmático sistema que no fue más que la respuesta a la crisis vivida por la humanidad a través de la 2da Guerra mundial, hoy es el escenario que reúne a prácticamente todas las naciones del mundo contemporáneo, 192 estados tienen la capacidad de mantener un asiento allí y expresar libremente sus opiniones acerca de los grandes temas de índole internacional, sin embargo las bases y organización de todo este sistema, en la actualidad no resulta tan efectivo como lo requiere la sociedad global, y es que para un mundo que reclama un papel más activo de la comunidad internacional ante una serie de problemáticas que afectan a nuestro entorno a lo largo y ancho de esta esfera que tenemos como hogar, la realidad actual exige un cambio que forme parte de un salto hacia delante con una organización multinacional que pueda intervenir con poder y decisión en la resolución de promover y defender los derechos y deberes contenidos en las normativas internacionales.
El hecho de que por ejemplo ante los interminables conflictos armados que se desatan en múltiples áreas de nuestros grandes continentes, la ONU no sea capaz de poner freno a la violencia injustificada con un cuerpo militar organizado y multinacional lo suficientemente fuerte y dinámico (más allá de los cascos azules) que no permita el desarrollo de los actos bélicos que menoscaban la paz de los pueblos del mundo ante el capricho o inclinación hacia el conflicto bajo los intereses de cualquier gobierno o nación. La realidad nos muestra incluso en ocasiones decisiones del consejo de seguridad que no son respetadas cabalmente por algunos estados, la disparidad en la toma de decisiones es también otro de los problemas heredados de la vieja constitución de las Naciones Unidas, y es que el favorecimiento que se le da a las naciones vencedoras de la segunda guerra mundial para la toma de decisiones de transcendencia internacional, el derecho a veto, así como la no inclusión en estos escenarios de los liderazgos emergentes, hacen que podamos hablar de una ONU de carácter muy rígida que no esta acorde al fenómeno de globalización actual.
Por estas razones cuando surgen también otros problemas como la crisis financiera, las guerras desatadas en parte de África y el medio oriente o simplemente la capacidad de reconocer o no a un estado naciente, hacen de esta institución en ciertas oportunidades un ente meramente simbólico que no es capaz de actuar de manera concreta ante el acontecer de las crisis que aparecen en el plano universal, sin embargo el solo hecho de que exista es un gran avance para la humanidad, solo por ser el espacio de dialogo y encuentro de las civilizaciones actuales, ahora solo resta que ese tan beneficioso lugar y momento de entendimiento sirva de manera asertiva y determinante al claro convencimiento y compromiso de dar soluciones a las grandes problemáticas globales.
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