lunes, 30 de marzo de 2009

Agua, Vitalidad Humana.



Abog. Daniel Merchán M.

El Agua representa para el mundo actual su recurso más vital, recientemente el 22 de marzo se ha conmemorado su día, ya que cada año en esa fecha se constituyo por resolución de Naciones Unidas el Día Mundial del Agua, por ello en cada aniversario una Agencia de las NU diferente ha producido una serie de comunicados de prensa alrededor del Día Mundial del Agua, que han sido distribuidos a través de la red de contactos de cada agencia de esta organización. La celebración de este día tiene por objeto fomentar la comprensión de la medida en que el desarrollo de los recursos hídricos contribuye a la productividad económica y al bienestar social.

En la agenda política internacional el tema de la escasez del agua se ha vuelto prioritario, por ejemplo, el acceso al agua es un punto importante de los acuerdos de paz entre Israel y sus vecinos. Pero este aspecto no está confinado al Medio Oriente, puesto que el compartir ríos es un asunto de índole de seguridad nacional, precisamente por la importancia del agua para el desarrollo; actualmente cerca del 40% de la gente en el mundo vive en más de 200 cuencas de ríos compartidos. Y es que ante una situación de escasez del agua la amenaza se cierne sobre tres aspectos fundamentales del bienestar humano: la producción de alimentos, la salud y la estabilidad política y social. Esto se complica aún más si el recurso disponible se encuentra compartido, sin considerar el aspecto ecológico.




Es de resaltar que el 90% del agua es de Mar y por ende contiene Sal, y las fuentes de agua dulce son las que sostienen el consumo requerido por la sociedad, de la cual en su mayor parte es absorbida por el sistema agrícola y alimentario, y el resto es destinado al uso urbano, del que incluso no se ha podido garantizar en todas las poblaciones su composición libre de contaminantes. Y aun así, hoy 1.500 millones de personas en el mundo no pueden gozar de este mismo privilegio, y es la ONU, no algún ecologista mal informado, quien afirma que para el año 2025 la demanda de agua potable será el 56% mas que el suministro. Por tal motivo, La escasez de este vital líquido obliga a reiterar nuevamente un llamado a la moderación de consumo por parte de la población a nivel mundial, ya que sin su colaboración los esfuerzos técnicos que llevan a cabo algunas organizaciones resultarían insuficientes.

La carencia de agua potable se debe tanto a la falta de inversiones en sistemas de agua como a su mantenimiento inadecuado. Cerca del 50 por ciento del agua en los sistemas de suministro de agua potable en los países en desarrollo se pierde por fugas, conexiones ilegales y vandalismo. También habría que agregar factores como el de un consumo voraz y desmedido que merman la disponibilidad del H2O, en algunas áreas de nuestro extenso territorio se han tenido impactos dramáticos sobre el medio ambiente. En zonas de los Estados Unidos, China y la India, se está consumiendo agua subterránea con más rapidez de la que se repone, y los niveles hidrostáticos disminuyen constantemente. Algunos ríos, tales como el Río Colorado en el oeste de los Estados Unidos y el Río Amarillo en China, con frecuencia se secan antes de llegar al mar. A la larga la imposición de este ritmo de desgaste, acabara incluso por deprimir el ecosistema y alterar gran parte de la economía mundial.



La aparente abundancia del agua en el mundo ha dado la impresión, en el pasado, de que se trataba de un bien inagotable. Era también el más barato. En la mayor parte de regiones el agua era gratuita. Todo ello ha conducido al hombre a derrocharla. El riego se efectúa de forma excesivamente generosa, hasta el punto de anegar los suelos y de provocar una salinización secundaria. Las fugas en las redes de alimentación de agua de las ciudades son enormes. El agua se considera en la actualidad como un recurso económico del mismo valor que los minerales, y debe ser administrada racionalmente. Es por tal razón que los ánimos de conservación y preservación deben persistir ante todo, la distribución equitativa del agua es un objetivo necesario, así como su máximo aprovechamiento y recuperación, todo ello con el fin de mantener el equilibrio natural de este elemento tan vital para el planeta.

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