lunes, 1 de marzo de 2010
Falklands o Malvinas, las diferencias Resurgen.
Daniel Merchán M.
Aquella vieja disputa que finalizó en un conflicto armado bastante cruento entre el Reino Unido y La Republica Argentina, en colisión por la soberanía de las islas que unos denominan Falklands y los otros llaman Malvinas, hoy pareciera volver a resurgir, solo que contiene algunos nuevos ingredientes presentados en el interés de la explotación de la zona, tanto en la búsqueda de recursos naturales sumamente valiosos, como en el simple hecho de conceder el paso en las aguas territoriales argentinas a las distintas embarcaciones que circulan por esta área en especial.
Las perforaciones petroleras en el Atlántico Sur ya se iniciaron a pesar de las fuertes objeciones de Argentina. La presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, anunció que ampliará las restricciones para la navegación de buques dirigiéndose a las cuestionadas islas, mientras que la plataforma petrolera proveniente del Reino Unido ya llegó a aguas de las Malvinas/Falklands y comenzó a trabajar. Vale destacar en un sentido histórico que la profundidad del desencuentro nunca fue resuelto en su totalidad, simplemente fue dejado en aquel momento al enfrentamiento bélico que dio lugar al estatus actual de las islas bajo predominio británico. La cuestión de la soberanía de las islas situadas en el sur del Atlántico provocó en 1982 una guerra entre ambos países que culminó con la derrota de Argentina, la muerte de 270 militares británicos y de casi 650 argentinos. El reclamo del país sudamericano por el archipiélago ubicado al sur del nuestro continente americano lleva más de 170 años y aún se mantiene. Buenos Aires incluirá las denuncias por la explotación petrolera en la presentación que realizará en posteriormente ante el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas.
Sin embargo en el entorno Internacional ya se han tomado posiciones claras en relación a la reavivación de este enfrentamiento, Así se han dado llamados como es el caso de Venezuela y Brasil quienes han hecho reclamos al propio gobierno Ingles y la Organización de Naciones Unidas respectivamente, para que en el primero de los mencionados reintegre la soberanía del archipiélago a la Argentina, y el segundo se preste a desarrollar un papel más activo por parte de esta Organización Internacional para lograr darle una solución al referido diferendo. De hecho, y en otro apartado, Argentina obtuvo un total respaldo por parte de la comunidad de América Latina y el Caribe en torno a los derechos argentinos sobre el archipiélago, luego de la decisión de Inglaterra de comenzar la exploración. La culminada cumbre del Grupo de Río que se celebró en Cancún, México entre el 22 y el 23 de este mes de Febrero, aprobó de manera unánime el reconocimiento a la soberanía argentina sobre las Islas a través de dos documentos, que llevan por nombre: "Declaración sobre la cuestión de las Islas Malvinas" y un "Comunicado especial sobre exploración hidrocarburíferas en la plataforma continental". El primer texto contempla los derechos legales del país sudamericano respecto a Gran Bretaña por los desacuerdos sobre la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, de conformidad con las resoluciones de la ONU.
Desde el Reino Unido, según se ha planteado se espera observar primero las posiciones que van a asumir los distintos Organismos y Estados existentes, para así generar una respuesta viable y oportuna al problema que esta ya en el debate publico, pero sin dejar de demostrar su inflexibilidad en cuanto al asunto de no ceder su derecho de soberanía sobre estos territorios, al punto de estarlos protegiendo militarmente desde ahora. Aunque ya han manifestado su voluntad de sentarse a dialogar con la otra parte y los mediadores correspondientes, de igual manera Buenos Aires aseguró estar lista para entrar en diálogo con Londres bajo la intención de superar la actual situación de la región ubicada en el Atlántico Sur. Esperemos entonces que según los nuevos paradigmas del orden mundial sea el camino de la diplomacia y la buena fe la mejor forma de dar solución a este viejo pero latente e imprescriptible choque de determinaciones.
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