jueves, 20 de mayo de 2010
El Proyecto Santos y la Ola Verde de Mockus
Daniel Merchán M
Las elecciones en Colombia nos presentan una serie de variantes a considerar, ya sea por la gama de candidatos que se muestran en las diferentes vertientes del pensamiento, por los proyectos políticos propuestos o por el simple hecho de conocer como influirá esta elección en el cambio o continuidad de un gobierno tan emblemático en los últimos años en Colombia, liderizado por Álvaro Uribe Vélez.
Principalmente la escena se debate entre 2 de esos candidatos, uno de ellos el ex ministro Juan Manuel Santos en representación del oficial partido de la U, y por otra parte el innovador partido verde y su candidato, el ex alcalde de Bogotá Antanas Mockus. Más allá de estos 2 actores, se concentran las candidaturas de Noemí Sanín por el tradicional partido Conservador, Gustavo Petro por el izquierdista Polo Democrático, Los Liberales designaron a su abanderado Rafael Pardo y por ultimo el conocido Germán Vargas Lleras por Cambio Radical.
Mockus tiene un programa de gobierno similar al de Santos y otros candidatos, pero su discurso de honestidad, transparencia, decencia y legalidad ha sido bien acogido por los votantes, de acuerdo con los expertos. Por su parte Santos, favorito hasta hace unas semanas, ha sido perjudicado por los escándalos del actual Gobierno, aunque paradójicamente no golpearon la popularidad de Uribe. La frase clave para las elecciones presidenciales del mes de mayo en Colombia parece ser "seguridad democrática". Un concepto que encarnó el presidente Uribe y que el ex ministro colombiano de Defensa Juan Manuel Santos prometió mantener e incluso llevar aún más lejos.
Santos ha expresado desde un principio que desea gobernar con la misma coalición de partidos y movimientos que acompañan al presidente Uribe. Esto quiere decir que tendrá en cuenta al Conservatismo a Cambio Radical, al partido de la U y a sectores del liberalismo y de otros pequeños movimientos que manifiesten su acuerdo con su programa de trabajo: seguridad democrática y prosperidad democrática. O sea, con Santos el electorado recibe un mensaje sin ambigüedades, sin sorpresas, sin incertidumbres: continuidad de un proyecto que permitió la recuperación parcial de la seguridad sin sacrificar la democracia y renovación e innovación en políticas puntuales. El candidato Mockus como propuesta de gobierno pretende pasar de la seguridad democrática a la legalidad democrática, entendida ésta como la lucha contra la corrupción, el clientelismo, la vinculación de las mafias en la política, la utilización del atajo para ascender en la escala social, la cultura del dinero fácil, entre otras, con lo cual pretende recuperar la decencia de todos los colombianos. Mockus es un hombre de estado, que tambien muestra el camino hacia un comportamiento ético nuevo, tranquilo, que anteponga la vida como valor supremo.
El candidato oficialista Juan Manuel Santos y el independiente Antanas Mockus se encuentran en un empate técnico en la intención de voto para las elecciones presidenciales del 30 de mayo en Colombia, según revelan las últimas encuestas. El futuro de Colombia es aun incierto y solo hasta el día de la elección, cuando los colombianos acudan a las urnas, se podrá conocer la propuesta que tuvo mayor respaldo. Lo importante en tal sentido, es que quien resulte ganador, poseerá la nada fácil labor y a la vez alta y comprometedora responsabilidad de conservar la estabilidad y la gobernabilidad en Colombia, el Continente, y el Mundo entero. Con la finalidad de estrechar lazos de cooperación y entendimiento con la intensa y diversa gama, integrada por la cambiante Comunidad Internacional.
Twitter: @Daniel_Merchan
domingo, 2 de mayo de 2010
Elección de ruta en Gran Bretaña
Daniel Merchán M.
Gran Bretaña se encuentra a un paso de elegir una nueva ruta a tomar. Las elecciones británicas del 6 de mayo pueden no arrojar un claro ganador, con tres partidos en una estrecha pugna, según los sondeos. Unos comicios no concluyentes es algo poco habitual en Reino Unido y el peor escenario para los mercados financieros, que quieren un resultado claro y una acción firme para abordar el déficit presupuestario, situado en casi el 12% del PIB.
El candidato situado en cabeza, el conservador David Cameron, y el primer ministro Gordon Brown, del Partido Laborista, estaban bajo presión para dar una buena imagen que contrarrestara el desafío del menos conocido candidato liberal-demócrata, Nick Clegg, en la recta final a las elecciones. Conservadores y laboristas, que históricamente han vivido en un cómodo bipartidismo, parecen haber encontrado un enemigo común en un Clegg empeñado en hacer de los liberales demócratas la clave de la elección del 6 de mayo y de la formación de un nuevo Gobierno. Mientras Cameron y Brown se empecinaban en mantener el concepto histórico de que la elección es una batalla entre conservadores y laboristas.
El partido Laborista está en el Gobierno desde 1997 cuando Tony Blair había ganado las elecciones en dicho año. La campaña electoral se ha desarrollado esencialmente en torno a la economía, debido a que Inglaterra sale apenas de una recesión que podría ser comparable con el período que siguió a la segunda Guerra mundial. Gordon Brown anunció que se comprometía a luchar por las familias que trabajan duro, por la clase media y de ingresos modestos, y consideró que sólo los laboristas y no los conservadores los que mejor estaban para acompañar adecuadamente la frágil situación del país.
El conservador David Cameron es el líder del principal partido de la oposición desde 2005, después de haber ejercido como asesor político y haber formado parte del equipo directivo de un destacado grupo de comunicación británico. Ha significado la renovación del partido y la vuelta al primer plano de las quinielas electorales. Desde que los laboristas desbancaran a su partido hace 13 años, Cameron representa por primera vez una oportunidad real de devolver el poder a los conservadores con un mensaje que “invitación al pueblo para gobernar juntos”, como se titula su manifiesto de 2010.
El más joven de los contendientes en la carrera electoral, Nick Clegg (43 años), ha exorcizado al fantasma que durante casi un siglo dejó a su partido relegado en tercera posición en todas las encuestas. Una estrategia exitosa que, sumada a una amplia popularidad personal, ha colocado a Clegg en el primer plano y ha cambiado todas las reglas de juego en un país atado al bipartidismo durante décadas. Desde 2005, Clegg representa en la Cámara de los Comunes a Sheffield Hallam, un distrito en la desfavorecida región siderúrgica inglesa. La inesperada fortaleza de los liberales demócratas ha desatado las alarmas en los cuarteles de campaña de conservadores y laboristas, por mucho que digan públicamente que sigue siendo una carrera de “dos caballos”, en palabras del primer ministro, Gordon Brown.
El 6 de mayo, además de las elecciones generales en todo UK, van a haber varios distritos (incluyendo los 32 del Gran Londres), donde se elijan a concejales. En cada barrio se escogen a los 3 candidatos más votados individualmente, los mismos que no necesariamente corresponden al mismo partido, quienes se han de juntar en la asamblea de concejales para decidir quién ha de ser el líder del municipio que ha de gobernar éste, durante los 4 años del mandato y también el alcalde.
@Daniel_Merchan en Twitter
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