jueves, 10 de junio de 2010

Estados Unidos a todo riesgo



Daniel Merchán M.

Los Estados Unidos se encuentran bajo el ojo de la atención internacional, y esta vez son diversas las razones que conllevan a pensar, que la emblemática potencia, ya no luce tan inquebrantable como en otros tiempos. Y es que, a pesar de los enormes esfuerzos de la administración Obama por reformar distintos viejos esquemas, en el sistema sanitario, fiscal, económico, inmobiliario, político y pare usted de contar, que darían paso al crecimiento continuado de este gigante de nuestro mundo, en contraposición al avance progresivo de la China actual.

Son aun más los flancos que resienten ciertas preocupaciones, sobre la sociedad norteamericana y global. El catastrófico derrame de petróleo ocasionado por la empresa BP en el golfo de México, el surgimiento de la muy polémica Ley Arizona bajo políticas migratorias bastante discutibles y controversiales, y por si fuera poco, el renacer de la pesadilla terrorista que significo la frustración de los atentados a perpetuarse en la ciudad de New York.

Este 22 de abril pasado se detectó un grave derrame de petróleo en el Golfo de México. Coincidentemente, el desafortunado accidente ocurrió el mismo día en el que se celebraba en el mundo entero el Día de la Tierra. La empresa petrolera British Petroleum (BP), operadora de la plataforma de perforación que estalló en el Golfo, asumió “la plena responsabilidad” por el derrame, la mancha de petróleo del tamaño de Jamaica llegó a la costa de Luisiana.



Según los expertos, esto podría convertirse en el peor desastre ecológico de Estados Unidos y podría afectar a cientos de especies que viven en el litoral, además de perjudicar la pesca y la economía de la región. “El derrame petrolero en el Golfo de México constituye un recordatorio de que la economía, que da algunos síntomas de recuperación dos años después de la crisis, puede ser golpeada en cualquier momento por percances imprevistos y costosos”, dijo el presidente Barack Obama.

Es destacable que el derrame de petróleo muestra la importancia de terminar en algún momento con la dependencia de combustibles fósiles y acabar con la contaminación del planeta, para el desarrollo y profundización de las llamadas “energías limpias” en alternativa a los desastres ecológicos. Entretanto y mientras se esclarece la explosión acaecida para la extracción petrolera, la Casa Blanca determino que no se aprobaran nuevos proyectos de perforación en alta mar.

Ya en otra latitud, pero dentro del mismo país, La legislatura estatal de Arizona aprobó una versión final de lo que se considera el proyecto de ley más antiinmigrante del país: criminaliza a nivel estatal a todo indocumentado y permite a la policía local amplia discreción para detener a toda persona que sospechen es inmigrante sin papeles.



Sin embargo, los detractores no se hicieron esperar, especialmente de parte de la comunidad hispana, quienes consideran esta medida una medida desproporcionada y discriminatoria, que puede desatar aun más confrontación, división y persecución en contra de ciertos grupos en especial, en palabras del presidente mexicano Felipe Calderón, “toda regulación que se centre en criminalizar el fenómeno migratorio, un fenómeno social, un fenómeno económico, abre la puerta a la intolerancia, al odio, a la discriminación, al abuso en la aplicación de la ley”.

Lo cual ha obligado al gobierno central norteamericano al agudizamiento de acciones para conseguir reformas migratorias más justas y adecuadas, dada la decisión adoptada por las autoridades de Arizona en virtud de resolver el problema del alto trafico de ilegales en las zonas fronterizas, aunque bien, el presidente advirtió en Washington que la medida podría violar los derechos civiles de la gente, y ha instruido al Departamento de Justicia a analizar la medida para determinar si es legal.



Por si lo narrado pareciera insuficiente, el fenómeno especialmente tétrico llamado terrorismo, revive de los recuerdos más oscuros de la historia contemporánea, y se hace presente en la preeminente ciudad de New York. El ataque fallido con un coche bomba en Times Square, obra del estadounidense de origen paquistaní Faisal Shahzad, es el último de tres complots sin la complejidad de un gran atentado, pero con gran poder para sembrar el miedo en Estados Unidos, la finalidad última del terrorismo, Shahzad, ha declarado que actuó en solitario y había recibido entrenamiento en un santuario yihadista en Pakistán.

Afortunadamente en un claro golpe de suerte combinado con la poca pericia del ejecutor de este malévolo plan, se logro detectar a tiempo la camioneta contentiva de los explosivos, al percibirse las señas de humo que provenían de la misma, por lo que la Policía de Nueva York logró desactivar a tiempo la bomba dentro del vehículo, que estaba compuesta por propano, gasolina y fuegos artificiales y de haber detonado podría haber causado la muertes de numerosas personas que se encontraban en el popular destino turístico de Manhattan. Esta cadena de hechos ha llevado a Estados Unidos a replantearse la naturaleza de la amenaza terrorista a la que se enfrenta. Durante años su gran miedo es que Al Qaeda cumpliera su mayor aspiración: repetir una acción de la misma envergadura o incluso más letal que los atentados del 11 de septiembre de 2001.



Sin duda la realidad permite esbozar una serie de acontecimientos que sostienen, orientan o modifican la actualidad y desarrollo de un estado, pero mas allá de los sucesos que se evidencian, es la necesidad de prevención y oportuna respuesta a estos flagelos, lo que debe llamar la atención de la nueva sociedad supranacional, no solo de EEUU, que a fin de cuentas es uno de los actores principales, pero que en el gran juego de ajedrez planteado por la dinámica internacional, todavía existen muchas mas piezas que jugar y variables que considerar y analizar.

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