domingo, 2 de enero de 2011
Humanidad, Centro de Lucha de Valores.
Daniel Merchán Mendoza
La humanidad en su conjunto posee virtudes y defectos, producto del conocimiento de su historia, comportamientos y expresiones, aunque bien ha sido lacerada más por el peso de sus errores que por el logro definitivo de sus aciertos; ética, solidaridad, amor, respeto, responsabilidad, esperanza, entre muchos otros, son valores seriamente comprometidos, sobretodo el ultimo, que a pesar de ser el más difícil de perder, se muestra cada día más distante. Así como la luz que al final del túnel ya no figura inextinguible, sino por el contrario apunta a desvanecerse.
El planeta, la sociedad, el pueblo, la raza, cualquiera de estos términos que buscan englobar el sentido y manifiesto colectivo de todo un mundo, en torno a la practica de sus valores y más allá de las ideologías o pensamientos, nos invita en su realidad a reflexionar sobre las carencias de nuestra comunidad, que a la final nos pertenecen como consecuencia inherente de lo que somos y no de lo que podríamos ser.
Y que eterno dilema ese, el de ser o no ser, pero la verdad es que no es fácil encontrar la más autentica esencia de nuestra existencialidad, aquella que en justa medida debe enmarcarse en los valores para no caer en el debate de la moralidad y sus aristas inexactas, si no, que pudiera ser al final moral?: la perdida de la educación, la destrucción de nuestros recursos naturales, la violencia intrafamiliar o de genero, la mortalidad infantil, la pobreza extrema, la ausencia de integración y comprensión, las guerras o conflictos inacabables. Que cosas tiene el destino, todos ellos máxima expresión de lo socialmente inmoral y contentivos en algo que se ha llamado objetivos o metas del milenio, que estableció el pacto del 2000 para alcanzar o lograr mejoras en cada una de ellas a 2015, pero que la evaluación del PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) reconoce como materia en retraso y pendiente de parte de la totalidad del mundo y en formación para el futuro.
Ya sea la Ética una razón para regular la conducta del hombre dentro de un parámetro social, codificado o no codificado, o sea la moral la limitante imperfecta de la psiquis cultural, es la voluntad por mucho trecho el factor y catalizador determinante para un cambio en positivo, de tantos y diversos ejemplos: desde la crianza de un niño, la relación con la biodiversidad, la evolución profesional, el éxito empresarial bien concebido, las políticas de estado, el constructo y esfuerzo del trabajo diario, e la simple pero inmensamente colosal paz interna e integral, en puntos que quizás son tan conexos como abismalmente diferentes en el trazo de sus caminos, pero inabdicables en el honor que representan, una vez son entendidos como claras e ilustres victorias de la virtud y no del defecto, citando a José Ortega y Gasset en una frase que recoge esta filosofía y mucho más: “La Vida Cobra Sentido, cuando se hace de ella una Aspiración a no renunciar a Nada”.
Twitter: @Daniel_Merchan
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