miércoles, 2 de febrero de 2011

Egipto Bajo la Lupa.



Daniel Merchán Mendoza

La óptica internacional, nos coloca esta vez sobre tierras egipcias, y es que sin duda alguna áfrica y el mundo árabe han dado de que hablar en los últimos tiempos, pues pareciera que una especie de contagio democrático, ha creado un fenómeno que ha puesto en jaque a países como Yemen, Costa de Marfil, Túnez, Jordania, etc; solo por mencionar algunos, a fin de definir un nuevo destino o simplemente flexibilizar sus diversos regímenes o aparatos públicos, cediendo ante el pedimento inclemente de poblaciones que cada día son más difíciles de controlar o censurar en un planeta dominado por la globalización y las nuevas tecnologías.




La República Árabe de Egipto es uno de los países con más población de África, sobre las 80 millones de personas, famosa por su civilización antigua y sus monumentos, como las pirámides y la gran esfinge; la ciudad meridional de Luxor contiene un gran número de restos antiguos, tales como el templo de Karnak y el Valle de los Reyes. Hoy Egipto es un centro político y cultural importante del Próximo Oriente, Es una república unitaria y presidencialista cuyo presidente, como jefe de Estado y comandante supremo de las fuerzas armadas del país, representa al poder ejecutivo elegido en elecciones populares para un periodo de seis años. No hay límite constitucional respecto a la cantidad de mandatos consecutivos del presidente en funciones.



Precisamente este último punto, ha levantado una serie de protestas en el país, ya que la prolongada figura del presidente Hosni Mubarak, en ejercicio del cargo desde 1981, es decir desde hace 30 años, ha sido puesta en tela de juicio por buena parte del pueblo Egipcio, debido a su extendido mandato y ante la posible intención de dejar en el poder a su hijo Gamal, bajo el artilugio de la reforma hecha a la constitución, en la cual se permite las elecciones con distintos candidatos, lo cual serviría como método para suceder la presidencia sin ningún problema, sin embargo, esta vez las revueltas han pasado a otro tono, inspiradas en el cercano levantamiento tunecino que derroco al ex presidente Ben Ali. La oposición y en buena parte una gran mayoría de jóvenes, han desafiado al gobierno de Mubarak sobrepasando incluso las medidas de toque de queda, en claro mantenimiento de la consigna no negociable de renuncia del aparato gubernamental, y de manera constante se han mantenido en las calles de el Cairo y demás grandes ciudades, organizándose inclusive a través de redes sociales como Facebook y Twitter o el conocido buscador Google, aplicando una inventiva sin precedentes para superar los bloqueos y trabas que intenta poner el gobierno a las protestas, quedando solo la lamentable opción de enfrentamientos violentos entre el ejercito, policía y la masa de habitantes en rebelión, dejando esto lastimosos saldos de fallecidos, heridos y perdidas materiales, entre las que se cuentan atentados al valioso patrimonio cultural egipcio, depositado en los museos de la Nación.



Realmente el país sigue en pie de lucha, se destaca también que personajes como Mohamed Mustafá el-Baradei, quien fuera director de organización Internacional de Energía Atómica y Premio Nobel de la Paz, también este presente en dichos eventos, al punto de ser detenido en una ocasión. Los Estados por su parte se muestran preocupados y asumen con consternación su papel en dicho proceso, de hecho Grecia, Turquía, Países latinoamericanos, y de todo el Mundo, han comenzado a enviar transportes para el retiro de sus ciudadanos, temiendo por la integridad de los mismos. Tomando en cuenta además su posición oficial ante los hechos, resulta resaltante el discurso de los Estados Unidos, en voz de su secretaria de Estado Hillary Clinton y del Propio Presidente Obama, quienes reconocen en Egipto un gran aliado pero conminan al gobierno a flexibilizar y cumplir las medidas de desarrollo democrático que tanto se han solicitado, lo cual llevo a la dimisión de todo el equipo de Gobierno en Egipto, menos en la propia persona de Mubarak, quien hasta ahora asomo la posibilidad, quizás viéndose presionado por la situación, de no presentarse nuevamente a una elección presidencial en el futuro, aunque los grupos disidentes aun consideran tal decisión insuficiente.




No hay duda que este caso se torna complicado, así como el futuro que se vislumbra para el país y el área entera, las interrogantes pasan por una probable llegada de los islamistas al poder, lo cual afectaría la región, especialmente al vecino Israel, el desarrollo económico también se encuentra a la expectativa, desde la conocida producción petrolera o el manejo del importante y clave canal de Suez, afluente de la economía Europa – Asia, Así como el nuevo esquema de política interna y exterior del Estado egipcio bajo la llegada de una era posterior a Mubarak, lo que dibujaría un nuevo mapa en el escenario internacional y las relaciones que conlleva, de cara al siglo XXI.

Twitter: @Daniel_Merchan

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