miércoles, 10 de diciembre de 2008

Ingrid un grito de Libertad.



Abog. Daniel Merchán M.

En los últimos meses hemos tenido una protagonista en el Escenario Internacional, su nombre: Ingrid Betancourt, esta Ciudadana Colombo-Francesa que ahora también es ciudadana del mundo, forma parte de un simbolismo que reúne la esperanza de muchos rehenes y familiares, que aun se encuentran bajo la sombra lúgubre, que significa el continuo castigo al que se ven sometidos dentro de la cárcel arraigada en las montañas colombianas.

La ex rehén de las FARC que fue pieza clave durante el proceso de negociaciones entre guerrilla y gobierno por la liberación de los cientos de secuestrados en manos de los insurgentes, siempre se mostró como la joya más preciada para ambos bandos, afortunadamente para el gobierno colombiano y desafortunadamente para la guerrilla, este largo proceso culmino con la concreción de la “operación jaque” que termino por liberar no solo a la popular dirigente colombiana sino a los 3 norteamericanos detenidos y a un grupo de oficiales pertenecientes a las fuerzas regulares del vecino país.

A partir de ese momento y hasta la actualidad hemos visto a una Ingrid Betancourt exiliada en Francia producto de las propias impresiones y temores que produjeron su caso, y para alguien que experimento lo que ella ha vivido no es justo criticarle a priori, quizás en un principio la sociedad colombiana la nombro su icono de veneración a la paz y la libertad, pero al momento de ser libre y trasladarse a territorio galo, la desilusión reino en gran parte del corazón neogranadino, para muchos fue un gesto de ingratitud, para otros cobardía y falta de coraje, sin embargo, es de resaltar que ya no se debe ver a Ingrid como aquella candidata presidencial atrevida, desafiante y quizás un tanto ingenua, que emprendió una lucha como líder del movimiento oxigeno, con el fin de conquistar el apoyo del pueblo colombiano, lo que quizás fue en definitiva la causal que la llevo a esa prisión de más de 6 años en poder del contingente guerrillero, y que dio lugar a las circunstancias y elementos requeridos por el momento, representados en la persona de Álvaro Uribe Vélez, quien sin duda fue llamado a construir un nuevo paradigma de la política colombiana.


Sobre ella se tejieron muchas historias, algunas acertadas otras no tanto, lo cierto es que hoy por hoy no se puede ver a una Ingrid igual a la del pasado, sin duda ahora es mucho más madura, comedida, actúa con mayor cautela, en parte quizás por poseer sangre de un diplomático. Aunque esta claro que el mayor cambio lo genero el impactante cautiverio bajo el cual fue victima, para nadie es un secreto que parte de su corazón esta en Francia, por ello Colombia quizás se ha visto resentida, al reclamarle un papel más activo en su país, sin embargo consideró que hay espacios de reflexión que debió llevar en su esclavitud y que ahora le llaman en momentos de libertad, por lo que de alguna manera se bajo la tónica en torno a esta significativa personalidad, aunque en ningún momento la comunidad internacional dejo de reconocerle a través de sus insignes galardones, como la legión de honor, el premio príncipe de Asturias, o la nominación que le ha hecho Chile al premio Nóbel de la Paz.

Lo que no debe olvidarse es que todo lo que ella significa no lo es solo por si misma, sino que por el contrario, todo lo que ella representa es por aquellos que sufrieron, no están de vuelta y aun sufren de su cautivo. Ingrid es hoy la llama encendida de quienes no tienen los medios para luchar por sus derechos, y ella al parecer lo ha entendido, comenzó a llevar su mensaje ante diversas personalidades del mundo, ante la prensa internacional, Naciones Unidas, y recientemente recorrió los territorios más cercanos al problema en una gira por Latinoamérica, que la llevo desde su natal Colombia pasando por Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Bolivia, Brasil y Venezuela. En cada uno de esos lugares debe hacerse sentir el valor de su mensaje y por ende otorgarle el especial lugar que se merece, mas allá de la política y de los conflictos de intereses internos que tanto nos envilecen, precisamente ella ha mencionado: “Creo que la política contamina, le quita pureza a las acciones que uno quiera emprender desde el corazón y rebaja las aspiraciones de servir a los demás. No quisiera estar metida en una contienda electoral. No quiero estar en un espacio donde hay polarización y división.”


Mas allá de la realidad de cada estado, región, ciudad, poblado, familia o persona, lo que debe hacerse ver es la justa y gran lección que nos enseña esta experiencia, en clara defensa de un Derecho Humano tan importante, que es vital para cada uno de los habitantes de este gran planeta, y que pretende ser arrebatado por decisión de uno pocos que van en contra de la Legalidad, la Paz y la Armonía que siempre debe imperar en nuestra sociedad. Por aquellos que hoy no la disfrutan ni ostentan de ella, vale recordar palabras celebres de Miguel de Cervantes: "No hay en la tierra, conforme a mi parecer, contento que se iguale a alcanzar la libertad perdida.”

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