Abog. Daniel Merchán M.
Hoy el medio Oriente vuelve a estar bajo la sombra de la Guerra. Los Aviones, Barcos, Tanques y Fuerzas terrestres Israelíes atacan con fuerza devastadora mediante constantes bombardeos la Franja de Gaza que es Territorio Palestino, claro hay que resaltar que esta ofensiva aparece como respuesta a los interminables ataques con morteros que realizan las Fuerzas del Movimiento Islámico Hamas a las ciudades Israelíes que se encuentran cerca de la zona en cuestión.
Pareciera que tantos esfuerzos reiterativos por lograr la Paz entre estos 2 estados no han dado frutos, y que aquellos acuerdos que alguna vez simbolizaron una tal vez utópica concreción de la Paz, hoy son producto de un esfuerzo en vano, sin embargo, todo el camino recorrido desde el reconocimiento del estado de Israel por la ONU en 1948, la conformación de las representaciones Palestinas bajo el mando de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), los acuerdos de Oslo por intermediación del Presidente de los EE.UU. Bill Clinton, que culminaron con una final aceptación de ambos bandos en ese momento estaban liderizados por los Primeros ministros de ambos países Yasser Arafat e Isaac Rabin, con el tiempo establecieron una tregua que hoy se ve rota de nuevo ante el resurgir de las agresiones militares.
Pero incluso dentro de la propia Palestina mas específicamente en la franja de Gaza existen gruesas divisiones entre el movimiento político Al-Fatah, quienes son la representación política oficialmente reconocida bajo el gobierno de la ANP (Autoridad Nacional Palestina) que conduce el presidente Mahmud Abbas, pero que fueron expulsados del área recientemente mediante enfrentamientos surgidos en Gaza con el Movimiento Islámico radical de Palestina que se denomina Hamas, que ahora domina este territorio. Estos últimos son quienes se encuentran en constante enfrentamiento con el estado de Israel, poniendo fin a la tregua e iniciando los bombardeos en contra de territorio Israelí. Ese fue el detonante principal para el estallido de esta guerra que se ha convertido en un conflicto de alta relevancia para el mundo árabe y para el mundo entero.
La Comunidad Internacional ha criticado y rechazado las acciones emprendidas por Israel una vez iniciado el ataque, pero esta misma comunidad internacional se ha vuelto inefectiva para poner freno a este flagelo, la misma Naciones Unidas en declaraciones de su secretario general Ban Ki Moon, ha abogado una y otra vez por finalizar los enfrentamientos. Pero sin duda tales peticiones han sido en vano al verse ignoradas las advertencias de los organismos de la ONU. Cabe destacar que tampoco se debe juzgar a Israel a priori en este caso, pues en palabras de la representante diplomática la canciller Israelí Tzipi Livni esta ha alegado que Israel tiene pleno derecho a defender su soberanía, y por ello acabar con las fuerzas del movimiento Hamas que atacado constantemente a las poblaciones israelíes, aunque claro esta que de ninguna manera se puede justificar la guerra como punto de referencia, y aun más cuando esta afecta incluso a pobladores civiles que no tienen responsabilidad alguna por lo sucedido, ya que este aguerrido ataque se ha cobrado la vida de cientos de personas que han sido victimas y no se encuentran incursionando en el conflicto.
Por el bien de la Paz y de los Pueblos del mundo la guerra debe cesar, las vías diplomáticas debe predominar ante todo y garantizar el respeto de los derechos humanos a las victimas del conflicto en Gaza, que hoy pasan por una de las mas grandes crisis en todos los sentidos que hayan podido vivir, los distintos organismos y estados deben preveer de alguna manera que una vez culminado este proceso de carácter bélico, no se reanude por cualquier otra razón, ya que el movimiento Hamas ha jurado responder de manera contundente a estos ataques y proseguir con la ofensiva que venían realizando, lo cual haría que este derramamiento de sangre sin sentido continúe indefinidamente por acción y respuesta de uno o de otro, lo cual es preocupante, como decía Gandhi “ojo por ojo y el mundo quedara ciego”. Estas comunidades han demostrado durante años estar inmersas en un profundo grado de odio e intolerancia, que les hace imposible subsistir, pero aunque el panorama luzca nublado, los esfuerzos de la sociedad internacional no debe claudicar, y por tanto continuar con empeño en lograr en un tiempo justo el fin de esta situación, que tanto dolor ha dejado en el corazón de tantos ciudadanos en el mundo.
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