jueves, 15 de octubre de 2009
Irak, la historia de nunca acabar
Daniel Merchán M.
Lo que empezó en su momento como una respuesta al terrorismo y que se extendió a una guerra contra toda amenaza latente de confrontación atómica o nuclear, hoy es el reflejo de un conflicto que no ha cesado en momento alguno, quizás en tiempos pasados fue peor o mucho más riguroso pero aun así no deja de ser un caudal de violencia continua que parece no tener fin, ya sea desde bombardeos masivo hasta la cruenta guerra de guerrillas urbanas de la que se desprenden múltiples victimas día tras día. El futuro plantea un eventual retiro por etapas de las tropas extranjeras, esperemos que de ser así, este país tan convulsionado como en los propios tiempos de enfrentamiento con Saddam Hussein a la cabeza logre definitivamente la serenidad que tanto anhela.
Más de 85,000 iraquíes murieron en ese país de manera violenta entre 2004 y 2008, según el primer estimativo del gobierno iraquí desde el comienzo de la guerra, la cifra está basada en los certificados de defunción expedidos por el Ministerio de Salud e incluye a 15.000 cuerpos sin identificar. El dato cuenta las muertes violentas de militares, policías y civiles, pero no incluye a extranjeros ni a insurgentes, Informes anteriores utilizaron varios métodos distintos para llegar a estimaciones que iban desde 100.000 a más de medio millón de muertos desde 2003. El Ministerio de Derechos Humanos incluyó la cifra más reciente en un informe más amplio acerca de la situación de derechos humanos en el país. Los números no incluyen los primeros meses de la guerra después de la invasión que encabezó Estados Unidos en 2003, ya que no había ningún gobierno iraquí funcionando que pudiera llevar la cuenta. Mediante los ataques terroristas incluyendo las explosiones, los asesinatos, los secuestros y desplazamientos forzados, los grupos por fuera de la ley han generado estas cifras terribles que representan un gran reto para el imperio de la ley y para el pueblo iraquí", señala el informe. Entre los muertos se cuentan 1.279 niños, 2.334 mujeres, 263 profesores universitarios, 21 jueces, 95 abogados y 269 periodistas, los datos cubren solamente las muertes violentas, tales como las resultantes de tiroteos, bombardeos, ataques con mortero y decapitaciones. No incluyen factores indirectos como daños a la infraestructura y a la atención médica, que contribuyeron a más muertes.
La gran lección de Irak es que, como en la vida misma, hay errores muy puntuales que también pueden cometer los Estados, los cuales condicionan las situaciones a futuro. El error quizás desde el punto de vista estratégico no fue invadir Irak e intentar establecer un nuevo orden regional. Los objetivos pudieron ser loables y deseables para cualquier demócrata, aunque esto no lo llega a justificar. El error fue la gestión de la primera fase de la posguerra. Como puede ser que EEUU forzará de inmediato la disolución del ejercito Irakí ?, dejando al estado sin una fuerza local para entre otras funciones, controlar su orden interno y fronteras, hecho que creo un desbalance tanto en la soberanía como en la economía local ocasionando un desorden generalizado. Zonas fronterizas como Siria e Irán han sido fuentes de enfrentamiento entre miles de fuerzas rebeldes y los contingentes extranjeros, desencadenando una indetenible guerra civil.
En esta guerra ya el mal está hecho, los errores han sido cometidos y las rivalidades planteadas han prevalecido sobre la lógica y la cooperación internacional. Toca ahora a los líderes mundiales limar las asperezas para reconstruir al Irak y darle una oportunidad democrática a un pueblo ávido de libertad. Toca a los líderes mundiales coordinar esfuerzos para imponer una solución justa que devuelva a ese pueblo su dignidad y le ofrezca esa oportunidad democrática de decidir sus destinos y buscar su bienestar, y que garantice también al mundo en su totalidad un futuro de paz dentro de fronteras seguras. Sólo así abriremos las puertas hacia un porvenir sin dictadores ni tiranos; hacia un futuro donde impere el derecho, se respete la libertad de los pueblos y su soberanía y reine la paz.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario