jueves, 22 de octubre de 2009
Uruguay Frente a un Nuevo Porvenir.
Daniel Merchán M.
Uruguay se encuentra en una nueva encrucijada, donde deberá decidir cual es el rumbo a tomar para el porvenir próximo, seleccionando entre las distintas opciones que plantean caminos diferentes para la política de la nación y a su vez emiten un juicio sobre el pasado, presente y futuro que desarrollara el estamento jurídico del estado a través de sus normas o leyes que en definitiva en menor o mayor proporción darán la posible estabilidad que aclaman los pueblos latinoamericanos.
Será un choque de trenes? Resulta difícil adivinarlo. Lo cierto es que el cercano domingo 25 las dos principales fuerzas políticas uruguayas se medirán en los segundos comicios presidenciales de este siglo: la izquierda, personificada por la coalición política FA (Frente Amplio, en el gobierno), y el conservador, Partido Nacional (PN). Ni siquiera el anverso y el reverso de una moneda se representan dos monedas tan diametralmente diferentes. El futuro presidente uruguayo se definirá entre el ex guerrillero, senador y ex ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca del actual Gobierno, José "Pepe" Mujica, que encabeza la fórmula del Frente Amplio, y el ex mandatario Luis Alberto Lacalle (1990-1995), candidato del Partido Nacional o "Blanco".
La última encuesta de la empresa Factum sobre intención de voto, realizada el 3 y 4 de octubre, revela que Mujica recibe 44% de las adhesiones, el mismo nivel que en septiembre, pero sin recuperar el 46% que registraba en agosto. Lacalle, que ya ejerció la primera magistratura entre 1990 y 1995 cosecha 29%, tres puntos porcentuales menos que en septiembre. Pedro Bordaberry, candidato por el Partido Colorado, recibe 11% de las intenciones de voto (igual que en septiembre), el Partido Independiente 3% (un punto porcentual más), Asamblea Popular 1%, mientras los que dicen que votarán en blanco suman 2%. Factum sitúa los indecisos en 10%, dos puntos porcentuales más que en septiembre, y cuatro puntos más que en agosto. Tanto Mujica como Lacalle parecen no querer exponerse demasiado en la campaña, que se había recalentado con descalificaciones personales más que con la confrontación de ideas y programas, y han cancelado entrevistas y conferencias públicas que tenían pactadas con diversos medios de comunicación quizás para achicar sus márgenes de error.
Casi 2,6 millones de personas habilitadas para votar este domingo también deberán pronunciarse en dos plebiscitos: sobre la anulación de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, y sobre la adopción del sistema de voto epistolar para los ciudadanos que residen en el exterior. La Ley de Caducidad, aprobada en 1986 y ratificada mediante plebiscito en 1989, estableció que el Estado quedaba impedido de castigar crímenes cometidos por uniformados durante el régimen dictatorial, obligando a la justicia a consultar al Poder Ejecutivo sobre la prosecución o no de investigaciones cada vez que se presenten denuncias. Esa potestad trabó todos los juicios hasta 2005, cuando Vázquez dio vía libre a una serie de procesos que han permitido enjuiciar y encarcelar a ocho represores y a los dictadores Bordaberry (1973-1976) y Gregorio Álvarez (1981-1985). Los partidarios del Sí a la nulidad tuvieron una buena noticia esta semana, cuando la Suprema Corte de Justicia declaró inconstitucional esa norma para el proceso por la muerte en tortura de la joven Nibia Sabalsagaray, cometida en 1974. Si se logra superar 50 por ciento de votos y se anula la ley, equivaldría a que ésta nunca existió, según fuentes jurídicas que defienden el voto por la nulidad.
El domingo los uruguayos elegirán al sucesor de Tabaré Vázquez y los sondeos señalan como favorito a imponerse al candidato oficialista José "Pepe" Mujica aunque pronostican un balotaje en noviembre con su rival principal Luis Lacalle, sin embargo los retos que debe asumir el nuevo gobierno uruguayo, cualquiera sea el resultado, pasan por enfrentar con firmeza el mal momento que pasa Uruguay frente a flagelos como la inseguridad, el desempleo, contaminación, avatares de la economía, etc. cuestiones que exigen mayor compromiso y esfuerzo de parte de la totalidad de la institucionalidad y la sociedad uruguaya, quizás con la misma convicción de que no hay otro camino sino vencer y avanzar, al igual que su selección de futbol que no tiene alternativas por un cupo al mundial en su choque con Costa Rica.
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